
El cáncer de tiroides es la neoplasia endócrina más frecuente. En Argentina se diagnostican aproximadamente 4.300 casos por año. Su presentación clínica habitual es la aparición de un nódulo indoloro en la base del cuello, donde se ubica la glándula tiroides.
Los nódulos tiroideos son comunes, de hecho son detectados mediante el palpado y afectan aproximadamente al 5% de la población. Pero de ese porcentaje, sólo 5 de cada 100 casos resulta ser cáncer de tiroides, lo que subraya la importancia de diferenciarlos correctamente.
El procedimiento habitual para evaluar un nódulo tiroideo incluye una ecografía, seguida de una punción aspirativa con aguja fina para análisis citológico. Sin embargo, con esta técnica entre un 20% y 30% de los nódulos son clasificados como indeterminados.
Estos casos obligan muchas veces a realizar una tiroidectomía diagnóstica para confirmar o descartar un cáncer. En Argentina, unas 12.000 personas deben someterse a ese procedimiento quirúrgico, pero entre el 70% y el 80% de ellas recibe un diagnóstico final de nódulo benigno.
Es decir, se sometieron a una cirugía innecesaria, perdieron una glándula esencial y deberán tomar medicación de reemplazo hormonal de por vida.
Frente a esta situación, surge la necesidad de contar con herramientas diagnósticas que complementen la citología tradicional. Las pruebas moleculares aparecen como una opción eficaz y son altamente recomendadas por guías clínicas internacionales.
En este contexto, se desarrolló THYRODX, una prueba molecular diseñada para mejorar el diagnóstico del cáncer de tiroides. Esta herramienta complementa el análisis citológico en nódulos con resultados indeterminados y ayuda a decidir con mayor certeza el tratamiento a seguir.
THYRODX es un estudio transcriptómico asistido por aprendizaje automático que analiza la expresión de 315 genes. Estos genes están modulados por la función del receptor TLR4 y permiten identificar la presencia de cáncer con una precisión del 99%.
El procedimiento se realiza sobre ARN extraído de la misma muestra obtenida mediante punción aspirativa, como en la citología convencional. Esto significa que no se requiere un procedimiento adicional para realizar la prueba.
La aplicación de THYRODX permite distinguir de manera eficaz entre nódulos benignos y malignos. Así, contribuye a reducir el número de tiroidectomías innecesarias y reduce el impacto en la calidad de vida de los pacientes.
Esta tecnología se encuentra en una etapa avanzada de desarrollo (TRL4) y representa una herramienta clave para optimizar el manejo clínico. Además, fortalece la precisión diagnóstica y evita intervenciones quirúrgicas invasivas en casos que no se requieran.
La innovación de THYRODX radica en su capacidad para transformar un diagnóstico incierto en una decisión médica más segura y fundamentada.


