Tecnologías digitales para la preservación y socialización del patrimonio cultural

  • Proyecto: Tecnologías digitales para la preservación y socialización del patrimonio cultural
  • Ámbito de aplicación: Valle de Tafí, Tucumán, Argentina
  • Dirección: Julián Salazar – Facultad de Filosofía y Humanidades – UNC
  • Fondos asignados: $8 millones de pesos más beca por ocho meses
  • Adoptante: Ente Cultural de Tucumán, Ministerio de Educación de la provincia de Tucumán
  • Área de conocimiento: Ciencias sociales y humanidades
  • Grupo de trabajo: Equipo de Arqueología del sur de las Cumbres Calchaquíes – Facultad de Filosofía y Humanidades [UNC] / Conicet 
El “Fondo para la Innovación Tecnológica y Social de la UNC” (FITS) es esquema de financiamiento de la Secretaría de Innovación y Vinculación Tecnológica de la UNC, diseñado para promover la vinculación de actores del sistema científico-académico con la sociedad y el ecosistema emprendedor. La convocatoria 2024 distribuyó 70 millones de pesos entre los cinco proyectos de investigación aplicada que resultaron seleccionados entre las 46 iniciativas postuladas.

Por su acervo patrimonial, el valle de Tafí, en la provincia de Tucumán, se cuenta entre las localidades arqueológicas de mayor relevancia del norte de Argentina. 

Entre el 500 a.C y el 1.000 d.C, prosperó allí una población agroalfarera y sedentaria con una amplia expansión demográfica, incluso mayor a la actual. Se destacó por construir viviendas de grandes dimensiones con muros de piedra y masivas instalaciones productivas, así como monolitos ceremoniales denominados tradicionalmente “menhires” y más precisamente huancas. 

Los vestigios de esta cultura milenaria perduran hasta la actualidad y, debido a sus notables proporciones, es posible observarlos a simple vista. En su mayoría se encuentran en un excelente estado de conservación.

Durante las últimas décadas, sin embargo, los emprendimientos agrícolas y el crecimiento de la urbanización, motorizado por el desarrollo inmobiliario y turístico, han renovado el peligro para todo ese patrimonio.

El agravante es que se carece de un plan de manejo del espacio, que determine qué áreas son susceptibles de intervención y cuáles deben ser preservadas por su valor histórico-cultural. 

Para complejizar aun más la situación, los estudios de impacto sólo son exigibles a emprendimientos no productivos. Eso exime del control a proyectos agropecuarios que podrían avanzar sobre sectores de relevancia arqueológica.

Con todo, cualquier definición sobre cómo resguardar ese patrimonio deberá indefectiblemente incluir a las comunidades indígenas, reconocidas como preexistentes por la Constitución nacional.


Necesidad

Si bien el valle de Tafí ha sido foco de la investigación arqueológica desde 1890, el conocimiento producido se encuentra desperdigado en centenares de publicaciones científicas. 

Como resultado, aun cuando se trata de una región profusamente estudiada, se carece de una base de datos sistematizada y georreferenciada que ordene la información generada durante más de un siglo. 

El dato no es menor. Cualquier propuesta para la protección del patrimonio requiere un inventario de precisión: identificar qué objetos existen, dónde están ubicados y cuál es su estado de conservación, entre otros atributos. 

A esa tarea ha estado enfocado, en los últimos años, el Equipo de Arqueología del sur de las Cumbres Calchaquíes, un grupo de investigación de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC y CONICET con colaboración con la Universidad de Alicante (España). 

Ese colectivo viene desarrollando un trabajo pionero en el valle del Tafí, con el apoyo de financiamiento nacional e internacional. Su meta es relevar ocho mil hectáreas de terreno para construir una radiografía exacta de ese legado.

A través de una serie de campañas arqueológicas previas, ya han cubierto prácticamente el 50 % de esa superficie. Ahora, el Fondo para la Innovación Tecnológica y Social de la UNC (FITS) aportará ocho millones de pesos dirigidos a completar ese trabajo y generar la plataforma digital que concentre toda la información del valle de Tafí.

Captura aérea de una de las zonas estudiadas. Todas las líneas de piedra son restos de estructuras milenarias. A la izquierda, Julián Salazar junto a Jordi López Lillo.


Propuesta y metodología de trabajo

La meta del proyecto Tecnologías digitales para la preservación y socialización del patrimonio culturales desarrollar una plataforma digital georreferenciada de esa micro-región de la provincia de Tucumán, que integre información arqueológica, histórica y cultural en una única estructura de datos geográficos y patrimoniales.

Sus impulsores esperan que esa herramienta facilite su gestión y protección, así como la difusión de la historia del valle y la promoción del turismo cultural. 

El trabajo de campo prevé un relevamiento del terreno a gran escala mediante drones equipados con cámaras especiales. Ellas permitirán identificar con exactitud la presencia, geometría y ubicación de los restos arqueológicos. También se recrearán modelos tridimensionales idealizados de los sitios arqueológicos en distintos momentos de su ocupación.

En total, se sobrevolarán 4.212,98 hectáreas, distribuidas en cinco zonas al sur del Departamento Tafí del Valle.  Esa información se sumará a la que ya se dispone de otros cuatro parches (3.709,17 hectáreas), muestreados previamente en el marco de otras campañas de investigación.

En total, al finalizar el relevamiento se habrán registrado 7.922,15 hectáreas, el equivalente al 86% de toda la superficie de San Miguel de Tucumán, la ciudad capital de esa provincia.

En cuanto a la precisión de los datos capturados durante los vuelos, sólo cabe señalar que, dependiendo de la cámara y su configuración, cada píxel de las fotografías cubrirá una superficie de entre 2 cm2 y 10 cm2 .

Su procesamiento ulterior, en un software especializado, permitirá reconstruir volumétricamente cada objeto detectado y  generar un modelo fotográfico 3D de la superficie. Esto es factible gracias a la cantidad de imágenes que se irán capturando desde distintos ángulos.

Todo lo capturado por dichos dispositivos será utilizado como insumo para generar polígonos georreferenciados con datos arqueológicos. Los materiales se almacenarán en una base de datos, la cual estará disponible a través de la plataforma digital.

Reconstrucción digital de Lomita del Medio, La Ciénega, Tucumán. En el proceso convergen conocimientos arqueológicos, arquitectónicos, de diseño gráfico y también de las propuestas hipotéticas bajo análisis. El trabajo fue realizado por Agustina Giorda, en el marco de su beca FITS, otorgada por la Secretaría de Innovación y Vinculación Tecnológica de la UNC.

Aunque no está contemplado dentro de los alcances de este proyecto, sus impulsores esperan que esta herramienta habilite, a futuro, la generación de un plan de manejo de la zona, en cuyo diseño participen tanto las áreas institucionales pertinentes del gobierno de Tucumán, como las comunidades indígenas. 

Los polígonos rojos delimitan las áreas a cubrir mediante los sobrevuelos de los drones.


Equipo de trabajo

El Equipo de Arqueología del sur de las Cumbres Calchaquíes está conformado por investigadoras/es y estudiantes de historia. Su trabajo se enfoca en las condiciones y estrategias sociales que se fueron configurando durante la consolidación de la vida aldeana en el noroeste argentino. 

Sus trabajos académicos abarcan estudios sobre arqueología del paisaje, temporalidad, domesticidad, alimentación, producción agrícola, tecnología lítica y cerámica. A lo largo de los años, el equipo ha fortalecido sólidos vínculos con las comunidades diaguitas originarias de la región.

Ello permitió impulsar proyectos extensionistas orientados a reivindicar la historia prehispánica, la valoración de la riqueza arqueológica local y la protección del patrimonio cultural de la región. En ese marco, se formaron guías locales, se organizaron cursos y se diseñaron materiales pedagógicos.

Las investigaciones e intervenciones han contado con el aval y financiamiento de organismos nacionales e internacionales de promoción científica y tecnológica, como Conicet, Secyt UNC y SEU UNC, Foncyt, Ministerio de Ciencia y Tecnología de Córdoba, Secretaría de Políticas Universitarias,  National Geographic Society y Toyota Foundation.

Integrantes

  • Dr. Julián Salazar: Docente en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) e Investigador Adjunto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Se desempeña como Coordinador General del Proyecto, liderando y supervisando todas las fases de investigación y desarrollo.
  • Dra. Valeria Franco Salvi: Docente en la UNC e Investigadora Adjunta del CONICET. Co-Coordinadora General del Proyecto, colaborando estrechamente con el Dr. Salazar en la gestión, planificación y ejecución de las actividades del proyecto.
  • Dr. Jordi López Lillo: Investigador Postdoctoral en la Universidad de Alicante. Responsable de la Coordinación de Sistemas de Información Geográfica (SIG) y Tecnologías Digitales, implementando herramientas digitales avanzadas para el análisis y visualización de los datos del proyecto

Asistentes técnicos

  • Arqueólogo Osvaldo Díaz: Director de Patrimonio Cultural del Ente Tucumán Cultura, encargado de supervisar la gestión y protección del patrimonio cultural en el ámbito del proyecto.
  • Arqueólogo Mariano Corbalán: Director de Patrimonio Cultural del Ente Tucumán Cultura, trabajando en colaboración con el Dr. Díaz en la conservación y promoción del patrimonio cultural local.
  • Arquitecta Agustina Giorgia: Especialista en Visualización 3D, responsable de desarrollar representaciones digitales de los hallazgos arqueológicos, facilitando su comprensión y análisis a través de modelos tridimensionales.

Colaboradores en diferentes procesos de trabajo de campo y gabinete

  • Mgter. Agustina Vázquez Fiorani: Becaria doctoral en la Universidad de Notre Dame, colaborando en el análisis y procesamiento de datos arqueológicos.
  • Lic. Stefania Chiavassa-Arias: Becaria doctoral en el programa de SECyT de la UNC, participando activamente en el análisis de materiales y la elaboración de informes.
  • Lic. Francisco Franco: Becario doctoral del CONICET, realizando investigaciones sobre diversos aspectos de la arqueología regional, con un enfoque en la temporalidad y la domesticidad.
  • Lic. Lucía Justiniano: Estudiante de Maestría en la Universidad de Buenos Aires (UBA), contribuyendo al análisis y clasificación de artefactos arqueológicos.
  • Lic. Juan Manuel Montegu: Doctorando en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y CPA profesional de CONICET, colaborando en el análisis técnico y científico de los materiales arqueológicos.
  • Lic. Gonzalo Moyano: Becario doctoral del CONICET, participando en la recolección de datos y análisis en campo y gabinete.


Sobre el adoptante

El Ente Cultural de Tucumán depende formalmente del Ministerio de Educación de Tucumán. De acuerdo con la información oficial publicada, le corresponde coordinar y ejecutar la política cultural en ese distrito, así como conservar el patrimonio tangible e intangible, además de propiciar la integración cultural.

Entre sus objetivos específicos, se destacan la “defensa, conservación, preservación, identificación, registro, difusión, promoción e investigación del patrimonio cultural” de Tucumán. 

En el marco del proyecto financiado por el FITS, el Ente se comprometió a aportar, durante diez meses, cuatro horas semanales de trabajo de los arqueólogos Osvaldo Díaz y Mariano Corbalán.