Microcápsulas de productos naturales para controlar bacterias que afectan a cultivos

Hongos, virus y bacterias son responsables de enfermedades que afectan la producción hortícola, con repercusiones en su calidad y volumen.
De todo el abanico de patologías, las bacteriosis son las más difíciles de controlar, ya que no existen productos específicos para combatirlas. Suelen emplearse sales de cobre, pero acarrean efectos fitotóxicos y a largo plazo terminan perjudicando la salud del suelo.
Entre las afecciones de mayor relevancia se encuentra la “Sarna de la papa”, causada por bacterias del género Streptomyces. Se trata de una enfermedad que en el pasado ha perjudicado la producción en Villa Dolores, provincia de Córdoba. En la región del noreste argentino, en tanto, la bacteria Ralstonia solanacearum ha ocasionado pérdidas en los cultivos de tomate a contra-estación.
Para controlar las bacteriosis que impactan en la producción de papa y tomate, este proyecto propone desarrollar nuevos compuestos antibacterianos a partir de productos naturales, como los aceites esenciales y los extractos vegetales.
Obtenidos de plantas nativas y cultivadas, estos compuestos bioactivos son analizados en ensayos de laboratorio para determinar su efectividad contra las bacterias fitopatógenas. Aquellos con mayor potencial, son encapsulados en una cubierta microscópica para protegerlos de la degradación y permitir su liberación gradual.
Los seleccionados son agregados al sustrato donde sobreviven las bacterias para evaluar su efectividad en el control bacterial. Luego son probados para determinar su capacidad de reducir la incidencia y severidad de las enfermedades. Complementariamente, se verifica que no tengan efectos negativos en las plantas.
Hasta el momento, el equipo pudo determinar la efectividad de aceites esenciales obtenidos a partir de plantas nativas y cultivadas en la región de Villa María, así como de extractos obtenidos a partir de plantas del NEA.
La próxima etapa es verificar si su efectividad al aplicarlos directamente sobre las plantas.
Esta tecnología ofrece una alternativa sostenible a los agroquímicos tradicionales. Además, los productos naturales microencapsulados son biodegradables, inducen resistencia sistémica en las plantas y no generan residuos tóxicos.
De esa manera, no sólo contribuyen a mejorar la calidad y la inocuidad de los productos hortícolas, sino que aumentan la productividad al prevenir enfermedades.






