La práctica de deportes, como la natación, presenta beneficios psicológicos en el desarrollo de jóvenes con discapacidad. Fortalece su afectividad, emotividad, control, percepción y cognición para sortear las diferentes barreras que se presentan en su cotidianidad.

El ejercicio en el agua, además, es relajante y liberador. Permiten a quienes tienen alguna discapacidad física realizar movimientos que no pueden efectuar fuera de ella, lo cual favorece la estimulación y la ampliación de su motricidad.

A partir del análisis de la natación como práctica deportiva para personas con parálisis cerebral, se desarrolló un accesorio de flotación y estabilidad que otorga autonomía en el aprendizaje de un estilo de nado, manteniendo a flote de manera independiente, estable y segura a quien lo utiliza.

A partir de una superficie plana con apoyo en la zona cervical, el producto logra sostener la cabeza de la persona para evitar rotaciones. A su vez, mediante elevaciones a los costados de la cadera, la contiene y mantiene a flote. Por otra parte, como libera la zona de los omóplatos, permite la amplitud de movimiento necesaria para las brazadas.

La novedad de esta propuesta radica en que fue diseñada para atender a las necesidades específicas de personas con parálisis cerebral que presentan entre un 70% y 80% de espasticidad, músculos y articulaciones rígidas, temblores y movimientos involuntarios. Esas condiciones, provocan una mayor tendencia a rolar en el agua y dificultan el control de la cabeza.

En esa línea, el desarrollo reduce los riesgos de broncoaspiración, disminuye la sobrecarga de tareas del profesor que debe sostener constantemente a la persona, aporta una variabilidad de posiciones de uso y puede ser fácilmente guardado en las instalaciones deportivas.